Al Caer La Noche

 Entre los cirguelos del viejo potrero se dejan escuchar gritos, que luego se transforman en lamentos y terminan siendo llantos escalofriantes. De hombre o mujer no se ha podido determinar el responsable, aunque existen 2 versiones del origen de dicho ESPANTO, Una versión contada por don Israel Carpio asegura que el difunto dueño de esos lamentos se llamaba Pablo Cabeza un veguero de la zona que al parecer fue asaltado en el camino luego de regresar del pueblo, donde había vendido varios sacos de yuca y otras verduras que se las habían pagado con monedas de plata. La muerte fue muy cruel pues le dieron varios toletazos en la cabeza que lo dejaron malherido y sangrante, dicen que grito, se lamento y lloro pues sabía que moriría entre los círguelos. Unos arrieros lo encontraron y logró narrarle lo sucedido y finalmente murió, desde entonces desanda causando el miedo de los lugareños. La otra versión es la del Catire Urquiola quien asegura se trata de una muchacha embarazada que en un desespero se colgó de un mecate en las ramas del cirguelo, al parecer un mal hombre se aprovechó de su inocencia y la engaño ofreciéndole matrimonio cuando en realidad era casado. Ella se entregó a el y quedó en cinta pero al contarle al bandido, este huyó para siempre de su vida,  para colmo su padre la boto del hogar y la muchacha vago desesperada por estos montes y caseríos pero nadie le tendió la mano. Un mal día colgó un mecate ahorcándose y desde entonces su espíritu grita, se lamenta y llora en busca de quien la engaño. En sábanas de Caujarito al caer la noche todos se espantan ante los terribles  lamentos y se persignan ofreciéndole un Padre nuestro para su eterno descanso.


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