Estilita continuó cocinando, lavando y planchando ajeno, los muchachos seguían creciendo y ayudándose mutuamente. Comenzaron los ruidos a escucharse en las noches, aparecieron luces y una sombra recorría toda la casa. Ella sentía su olor en la cama y se le espelucaba el cuerpo, luego apareció Eleuterio un señor que pretendía a la joven viuda, de a poco se fueron enamorando y de la Unión nació Inés una hermosa niña . María y Carmen crecieron junto a Bartolito y José Gregorio, Eleuterio los ayudo por varios años y un día se ahogó en el lago de Valencia. De nuevo sola continuó con su vida, el olor y la sombra del marido muerto perseguía a toda la familia, después de 20 años ella decidió junto a su hijos vender aquella casa. Luego se fueron al otro extremo de la ciudad y la calma retorno a sus vidas, los habitantes de la casa aún comentan que un espíritu la recorre, haciendo ruidos de ollas, de pasos y hasta de voces que preguntan por su esposa y sus hijos. La casa ha sido comprada y vendida varias veces, debido a este ESPANTO que se sigue manifestando, los allegados dicen que es BARTOLO pero hasta ahora nadie se ha atrevido a preguntar el nombre de la entidad.
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