Había nacido en Tinaquillo en 1918 junto a su padre se dedicaban a labores de campo, Fue único hijo y formado bajo la férrea disciplina del padre del mismo nombre. Luego en 1940 conoció a Estilita joven cojedeña rubia e inocente de apenas 15 años, de la cual quedó prendido y de inmediato se le metió en la cabeza que ella sería la madre de sus hijos. Así fue conociéndola y abordándola en la pulpería de don Basilio el padre de la bella catira, el problema era el color de piel de BARTOLO, que era muy oscuro y esto no le agradaba al futuro suegro. Contra viento y marea la relación comenzaría, ella quizás veía un escape en aquel hombre que parecía muy enamorado, trabajador y le ofrecía matrimonio. A los seis meses el pidió la mano de la muchacha, El padre considero que su hija ya con 15 años estaba lista para irse del hogar y formar una familia, entonces consintió la unión ante la insistencia de la enamorada Estilita. Al poco tiempo casaron y se mudaron a un caserío cercano de nombre los leoncitos, allí nacerían en los años siguientes tres hermosas niñas, la primera de nombre María cuyo color de piel era oscuro como el padre, luego nacerían Rosa y después Carmen siendo las dos últimas rubias como la madre. Era claro la preferencia de BARTOLO por las niñas catiras y el repudio hacía su primer hija por ser morena, varias veces tuvo la madre que proteger a María de la ira del padre. El se dedicó a la cría de animales y al CONUCO y jamás faltó nada en el hogar, pero se volvió mas callado y distante con la esposa y su amor lo volcó hacía sus dos pequeñas hijas. En una ocasión la niña del medio se enfermo, no paraba de toser y la fiebre la estaba consumiendo poco a poco, la madre le decía al esposo que Rosa estaba malita y debían llevarla al pueblo para que la atendiera un médico. El se iba tempranito al campo y regresaba al anochecer, una madrugada la niña murió sobre el regazo de la madre dormida. Al otro día presa del dolor Estilita le dijo que luego de enterrar a su hija, partiría hacía Valencia o Maracay donde había progreso y hospitales. Así fue y a los 15 días vendieron la tierrita, la casa y los animales y partieron hacía la ciudad jardín, donde compraron un terrenito y con mucho esfuerzo construyeron una casita que los cobijo. Al año siguiente ya tenían una bodega en la casa, bien surtida y el primer varón había nacido, le pusieron BARTOLO como el padre y su piel era oscura . Estilita se dedicaba a las labores del hogar y atender a sus hijos, el llevaba bien el negocio, además puso un patio de bolas criollas y comenzó a vender cerveza y hervido de res los fines de semana. Las niñas crecían y ayudaban a criar al pequeño, el siempre fue poco cariñoso y eso sí muy celoso con su señora y un padre poco presente en la crianza de los hijos. Un domingo mientras atendía su negocio, decidió jugar una partida de bolas criollas y justo cuando lanzó un boche cayó fulminado por un infarto. Estilita lo enterró y comenzaría para ella, una nueva etapa en su vida con tres hijos y uno en su vientre, una bodega y la promesa del esposo, de que nunca la dejaría sola aún después de muerto. Vendrían tiempos muy duros para la abnegada madre ahora sin el apoyo de BARTOLO.

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