Esta historia la contaba don cola viejo llanero de los lados de matas altas, en el caserío los báquiros vivían como veinte familias y todas sembraban maíz y yuca y les gustaba parrandear de mas, había un señor de nombre Ponciano que era el alma de las parrandas; y cierta noche venia borracho en su caballo y cuentan que se había esnucao al estrellarse contra una rama de un mata ratón y rápidamente corrió la noticia por aquellos montes y entre la viuda y los vecinos prepararon todo y dispusieron velar al muerto debajo de unas trojas en medio de la única callecita de aquel olvidado lugar. y así fue le armaron cuatro tablas y ahí lo metieron y se dispusieron a celebrar como de costumbre cualquier evento que por ahí pasaba, y eso era aguardiente y hasta mataron una cochina y prepararon bollitos, chicharrones y por supuesto una olla de café para las mujeres y cuentan que a media noche cuando todos los amigos del difunto estaban borrachos por demás, el muerto sacó la mano del cajón y se sentó en pleno velorio; bueno Don Cola que para ese entonces era un sute dice que todos corrieron despavoridos de aquel velorio menos Juan, uno que llamaban el machote , pues tenia fama de mujeriego y valentón y este y que agarro una mano de pilón con la que habían matado la marrana y se la puso con toda su fuerza al difunto por la cabeza y este quedo listo pal hoyo. y de inmediato todos regresaron aquel velorio y pensaron que habían sido cosas del maligno para asustarlos. y continuaron con los rezos y rituales que se hacían en los campos en estas tristes situaciones y una vez mas el machote se llenaba de gloria al matar al muerto nuevamente, y desde entonces y por muchos años Juan el machote fue el encargado de asegurarse de que los difuntos no revivieran en aquellas noches de velorios ; pero comenta Don Cola que al pasar el tiempo al tal machote lo picó una cascabel y se vio muy mal hasta que murió en su casita, y los vecinos como siempre prepararon todo para el velorio y mataron una res y prepararon hasta una güarapita y una gran olla de tizana y cada uno trajo al velorio de Juan el que remataba a los muertos para que no revivieran un garrote, y esa noche hicieron una gran fila y al pobre machote le dieron una cucharada de su propia medicina y prácticamente lo molieron a palos y así transcurrió aquel velorio en santa paz....


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