Esa noche en el caserío la plancheta, velaban a Doña Francisca linero. una mujer que padecía de una extraña enfermedad que la dejaba como muerta, tiesa y sin aparentes signos de vida. que llamaban catatonismo y que nadie en esos montes entendía, el caso es que la Doña ya pasaba de el siglo de vida y su familia pensaba que está vez si le había llegado la hora de rendirle cuentas al creador. resulta que justo a media noche cuando todos rezaban las letanías, la doñita se despertó y se paró del cajón. Donde reposaba, mire no quedó nadie en aquel velorio. todos salieron en veloz carrera por donde pudieran. En cambio Francisca se despertó con mucha hambre, luego de más de 3 días dormida. los más sorprendidos fueron los familiares, que aún tienen que bregar con ella. al parecer cuando en verdad parta al cielo, pocos asistirán a su nuevo velorio. desde esa noche los llaneros supersticiosos la llaman la mujer que volvió del más allá, pues desconocen el Estado catatónico. lo peor de la doñita es que le ha tocado enterrar: hijos, nietos, bisnietos y hasta tataranietos. mientras ella sigue muy conservada, pues ha pasado más de la mitad de su vida dormida, a causa de su mal. si no lo creen pregúntenle a los habitantes de aquel caserío, el de la plancheta donde la anciana cree que Diosito está bravo con ella, por no recibirla allá junto a el. cosas de la vida parientes unos viven poco y otros que todavía andan echando jareta.
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