Aguasales de camaguán como los llamaban anteriormente. Así comenzó el legendario cuenta cachos José María Camarín: una tardecita venía como cabrestero, desde donde llaman pasó de animas. Venían varios llaneros veteranos arreando aquella ganamenta; era en víspera de día de los difuntos pero el patrón estaba pagando buena plata y había que entregar ese lote a como diera lugar al doctor Braulio Sáez un rico de Apure. Cuenta el doncito que el se lanzó de primero al agua pa animar al rebaño, pero los animales comenzaron a revolverse sin querer entrar aquellas aguas profundas. Cuando los llaneros de atrás se dieron cuenta, comenzaron a dar gritos y a empujar y de apoco los bichos se zambullían. Pero no había pasado mucho tiempo cuando se percataron que varias culebras de aguas de tamaños descomunales se enroscaban en el ganado. sumergiéndolos para luego de a poco tragarlos como cosa fácil, de nada valieron los intentos de los valientes llaneros tratando con los machetes de matar tamañas bestias que jamás se imaginaron las hubiese de tal magnitud. al cabo de varias horas y luego de atravesar semejantes aguasales faltaban no menos de 50 reses; que fueron devoradas por la bestia más mortal de aquellos esteros. la pitón o culebra de agua como la mientan por estos Llanos inundados. Que desde principio de mundo habitan en silencio esperando su presa y tragando lo que puedan, incluyendo cristianos vivos. A lo que acotó don Ulpiano llanero faculto de por aquí, debió pronuncia la oración de San Cipriano que es la contra a la serpiente sea de agua o de tierra. pal próximo viaje diga la 7 veces y atravesará ese aguasal tranquilo hágalo eso sí pero con fe parientico y usted verá. La audiencia aplaudió la acotación del viejo baquiano.


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