No se aguantó el doncito, salió oscurito pa' la laguna y ya regreso con unos loros bien grandes pal' almuerzo de hoy jueves santo. Ahorita se volvió a marchar con rumbo al conuquito gua, dice que tiene unas yucas blanditas y unos Topochos listos pa' acompañar los pescaditos. El papelón con limón acompañarán el bocado y luego un pocillo con arroz con coco y más tarde unos mangos hilachas. Que podemos hacer en esta soledad, con este encierro voluntario que consiste en no estar visitando ni amigos ni a familiares. Aqui en la casa somos pocos y tenemos semanas sin ir al pueblo, la última que llegó fue mi mujercita que se vino con mi hijo y mi nieto a estar aquí en familia. María la doñita que es la dueña de la cocina y el viejo cola que es llanero resabiado y no hace caso. Perico ahorita está pa' Maracay y por allá lo agarró la cuarentena, por tanto nosotros mismos ordeñamos las tres vaquitas del patio. Aquí es bueno porque nadien se aburre, si quieres guindas un chinchorro y te duermes o te pones a contemplar el paisaje y los animales. Mi nieto dice que esto parece un zoológico y disfruta un puyero correteando los pollos y recolectando las posturas. El sabe que estamos en semana Santa y tiene que estar más tranquilo, por ahora comer, dormir, charlar, contar cuentos, jugar cartas y otros juegos pero sin relajo. Esta noche el don nos prometió contar historias de cuando estaba muchacho, seguro contará cuando se peleó con el CERETON o cuando chaparreo al Silbón o cuando enamoró a la Sayona. Así de sencilla es la vida en los campos de nuestro llano, puede que a usted no le guste pero si me está leyendo seguro que dirá como yo: como mi tierra no hay dos.
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