Cuenta mi vecino Alexander, antiguo taxista nocturno quien crió sus muchachos con su viejo caprice azul. Que una noche tarde llegó al Chaparro a traer a una familia, luego de rodar un rato y no encontrando pasajeros decidió regresar  zaraza. Esa noche la luna estaba clarita y la carretera sola, cuenta que luego de unos minutos se encontró de frente con un caballo negro. Tocó la corneta y este ni se movió, bajo la velocidad y tocó la corneta varias veces, la bestia acercó la cabeza al carro y parecía olerlo, de sus belfos salía humo y esto asustó al conductor. De repente el animal pego un fuerte relincho y salió corriendo, el chofer aprovechó y salió en veloz carrera con su reproductor a todo volumen, Cuenta que traía acelerado el corazón y de repente al ver por el retrovisor pudo ver como el animal, se acercaba corriendo como el mismo viento. Al instante se empareja con el y lo miraba con ojos rojos fulgurante, el hombre pisaba la chola a fondo y no podía dejar atrás a la bestia, en un momento sólo se le ocurrió rezar y rezar pidiendo a Dios lo protegiera de aquel caballo endemoniado. Cuenta que lo acompaño durante casi todo el trayecto, llegando al puente que separa Anzoátegui de Guárico el animal se detuvo y soltó un relincho estremecedor, el otrora taxista cuenta que no ha sido el único en toparse con ese brioso animal. Otros conductores se han volcado y hasta muerte se dicen han ocurrido por culpa del espectro del caballo.
 
 

 
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