...Cierta noche estábamos en el fundo los Girasoles que está ubicado por donde llaman Guaro loco , cerca de la carretera de Barrialito.Habia fallecido don Eutimio viejo llanero guariqueño y era el único hombre de su numerosa familia , CASILDA su mujer le había parido 10 hembras y la menor andaba como por los 18 años .Estábamos en pleno velorio y había una que otra lámpara de kerosene , la luna que estaba Clarita hacía que los visitantes reunidos en el patio compartieran sus cuentos , chistes y tertulias de Llanerias.De repente se escucharon gritos y lloros dentro de la casita de barro con techo de Palma y zinc , el primo Valderrama me señala que Dolores la hija menor del difunto , al parecer está siendo poseida en pleno velorio de su táita, la viuda trata de contenerla, pero la muchacha se desprende de sus ropas y grita con voz de macho y tumba las sillas y lo que encuentra por delante.El primo llanero alto y fornido trata de sujetarla para que se aquiete , la muchacha de un empujón lo lanzó entre un mogote y este incrédulo y molesto se levanta y trata de contenerla , de nuevo lo empuja cayendo está vez en el CHIQUERO de los marranos.A todas estas yo junto con otros parienticos vamos a sujetarla, de uno a uno nos empuja con tal fuerza que nos pone a comer tierra.Luego de pronunciar palabras imposibles de entender , logró calmarse poco a poco ante los rezos y oraciones del viejo Escolastico , que con voz fuerte y autoritaria le gritaba al espíritu del monte que saliera del cuerpo de la jovencita.Todos quedamos atónitos ante lo que habíamos presenciado esa noche en plena sabana Guariqueña, luego la madre le rego agua bendita a la muchacha ya en si. Al otro día en el entierro le pregunte a la viuda por lo ocurrido , me confeso que al parecer la muchacha tenia materia y atraía a dicho espíritu.Con los años la muchacha se caso con Carmelo un llanero del lugar , hasta ahora más nunca volvió el espíritu a poseerla.Creanme si no lo hubiese presenciado no lo hubiese creído.El primo Valderrama aún lo recuerda , comenta que en su vida de hombre llanero nadie lo había golpeado con tanta fuerza.



 
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