En la vía de guaro loco, se encuentra el fundo "LA FORTUNA" con más de 100 hectáreas de buena tierra apta para la ganadería y la siembra. Los vecinos del sector creen que sobre dichas tierras pesa una terrible maldición, los últimos cuatro dueños han terminado ahorcándose por distintos motivos. Comentan que hacen muchos años atrás, el dueño del fundo para entonces tenía buen ganado pasteando en tierras de la Fortuna, además de un CONUCO repleto de tubérculos, hortalizas y frutas. Hasta que un buen día aparecieron por estas sábanas, un grupo numeroso de indígenas,  semi desnudos y con muchos niños enfermos y desnutridos. Los mismos comenzaron a tomar sin permiso del dueño, los alimentos:  pollos, pavos, guineos, yuca, auyama, los racimos de plátanos. El dueño del lugar les hizo varias advertencias para que abandonaran sus tierras, pero por el contrario desaparecieron varios cerdos y cuentan que se comieron una novilla. El dueño del fundo optó por agarrar a uno de ellos y darle un escarmiento,  esa tarde junto a varios de sus trabajadores logró atrapar a un joven hijo del chamán de la tribu. Lo desnudaron y luego lo amarraron en un guaritoto, el muchacho gritaba a medida que su cuerpo hacia contacto con las vainas llenas de finas fibras que penetran  la piel causando ardor, Picazón y dolor. Allí permaneció gritando toda la noche, cuando los indígenas se acercaban para liberarlo, eran repelidos con disparos. Al otro día amaneció muerto,  entonces si permitieron que lo desamarren y se llevarán el cuerpo. El chamán lleno de dolor por lo sucedido lanzó una maldición sobre aquellas tierras, para que todo el que las poseyera terminará quitándose la vida con una soga. Al tiempo de estos sucesos, se seco la laguna y secaron los caños, los animales murieron enfermos y la casa casi se derrumbo. El dueño se ahorcó de la rama de un GUAYABO y la mala hierba creció apoderándose de todo. La viuda desconsolada vendió el fundo, luego dicen los vecinos cada dueño de la Fortuna termina suicidándose. Será que aquella maldición del chamán aún perdura en el tiempo, lo puedo atestiguar pues conocí a una de sus dueñas que murió trágicamente de esta forma. Mitos y leyendas de estas tierras.
 


 
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