El Gallito Enamorado

Nació de unos huevos criollos, que la comadre Juanita le trajo de regalo a su ahijado Franco. Eran 5 las posturas y sólo una logró empollar, pues se lo pusimos a una culeca que empollaba unos huevos de Guinea. Al tiempo pudimos verlos entre los pollitos de Guineo y como era tan pequeñito, decidimos criarlos aparte en una cajita de zapatos. Pasaron días y semanas y ya estaba hecho todo un gallito, entonces decidimos introducirlo al gallinero. De inmediato suelto, brioso y alborotado, soltó su canto fuerte y sonoro que impresionó a las emplumadas, quienes de inmediato lo rodearon impresionadas por la belleza de su plumas, que eran de un color crema claro y también negro y gris. Nuestro gallito enamorado de inmediato, comenzó con su tarea y una por por una las iba pisando y soltando su alegre canto. El viejo pataruco, otrora rey del gallinero lucía furioso y decidido a defender su territorio, embistió contra el recién llegado. Este en un rápido movimiento lo esquivo y respondió con un embate furioso y mortal, clavando sus espuelas en el ojo del viejo contrincante. El resultado fue que lo mato al instante, quedando como el nuevo rey de aquel hermoso harén. Desde entonces no para de cantar y de pisar a sus hermosas pica tierras, lo curioso de esta historia es que desde entonces, todas las residentes del gallinero se han puesto culecas y han empollado puras pollitas negras y coloradas. No ha nacido ni un solo pollito macho, es sumamente extraño, pero el gallito enamorado sólo produce hembras.

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