Esta historia la escuche de un doncito que todos llaman Chente, es bastante mayor pero muy chusco. sentado bajo la sombra de un viejo Apamate así la conto: gua mis hijos esto fue verdaíta, aconteció hace un tiempito. resulta que una mañana venía José Tomás, por el camino e cují seco iba con rumbo al Chaparro a vende el quesito. De repente y que sintió un golpe que lo desmayo, al rato lo encontró un vecino to maltrecho con la cabeza rota y al lado un garrote ensangrentado. bueno le habían robado el quesito con to y burro. a los días fue don Isidro venía con un marrano pal pueblo pa la venta, igual de un garrotazo lo pusieron a dormí y le llevaron el cochinito, otra vez apareció un garrote en el sitio. luego le tocó a don Panchito con unas gallinas y siempre era igual le sacaban sangre con el trozo de madera de cují. hasta que el rumor llegó a la jefatura civil del Chaparro, vinieron unos policías y se llevaron el garrote. Ellos dijeron que y que descubrirán al bandido por la huella; pero que va, eso siguió un año completico hasta que se aplacó la cosa. gua resulta que frente a donde sucedían los robos vivía un tal Lucho, era medio malcriado el hombre y cuando le preguntaban daba mala respuesta. Fíjese que un día amaneció tieso a orillas del camino, lo curioso fue que está vez no apareció ningún garrote en el lugar. desde ese día en adelante el ladrón no asalto a más naiden, entonces comenzaron los run runes que uno saca pues como dicen por ahí el llanero es bruto pero no tanto, gua que el tal Lucho era el asaltante y que segurito se encontró con uno más avispado que no se dejó intimida. de ahí en adelante no hay camino más seguro por estos montes que el de cují seco, venga a pie en carro o en bestia ajilese confiado parientico que naitica malo le pasara. yo puedo dar fe de eso. Esa tarde lo recorrí a caballo disfrutando del paisaje y queriendo escuchar más historias de estas sábanas tan lejanas y solitarias.


1 comentarios:
Como ya no existe Lucho, el asaltante feroz, yo me quisiera dar un paseito por Cuji Seco, pero eso si, llevar mi Rosario y El Cristo de La Grita, por si acaso Lucho se venga con vaina
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