El Ocaso de Genarito

Toda la vida vivió en la misma casita donde un invierno su madre lo trajo al mundo, de eso hacen 92 años con sus días y con sus noches, con sus inviernos fuertes y con veranos que secan la llanura y los corazones. De sus taitas recibió mucho palo y poco cariño comenta, pero eso lo formó como hombre trabajador y honrado. Luego ya hombre y huérfano heredó unas tierritas y unos bichitos que de apoco y con trabajo constante los fue haciendo cada vez más próspero. Entonces apareció en su vida Isabel Cristina una muchacha venida de San Cristóbal y surgió el amor entre ellos, el la pidió y se casaron con permiso de sus padres de cuya Unión nacieron Miguel y Amaranta. Aún recuerda don GENARITO la emoción que sentía cuando llegaba del CONUCO y era recibido en su casita por su bella y cariñosa señora y sus dos niños. Así fue transcurriendo la vida y los muchachos crecieron y se fueron a estudiar a los Andes a casa de una tía, La señora enfermo del mal de Chagas y su corazón creció demasiado hasta que un día amaneció dormida y no despertó ya más. GENARITO de nuevo quedó sólo en la misma casita de siempre, ya las fuerzas no lo acompañan para trabajar la tierra, pasa los días sentado frente a su casa, recordando a su Isabel Cristina la única persona de la cual recibió el amor que todo hombre necesita y anhela, de sus muchachos siempre fue algo distante y seco. Esta esperando que vengan a final de mes a buscarlo para internarlo en una casa hogar en Merida, ellos dicen que allí estará bien atendido y acompañado por otros ancianos. Sin embargo el no quiere abandonar su casita ni su CONUCO y mucho menos abandonar tantos recuerdos de toda su vida en este llano que ama aún más que así mismo. Dice que quisiera morirse pronto, así su espíritu se quedaría aquí con sus viejos y su esposa.

0 comentarios:

Publicar un comentario