Esta historia la contaba en los velorios de cruz de mayo, el finado Dimas Pérez. En el viejísimo camino de tierra,  que unos ambas poblaciones, mucho antes de que hubiese carreteras y menos autopista, contaban que salía un encanto con voz de mujer. El mismo contaba el viejo, sólo le salía a hombres que viajaban solitarios y muchas veces algo pasados de tragos. Una noche se le ocurrió venirse en su viejo alazán cola mocha, la noche estaba clara y en el firmamento se desgajaban las estrellas fugaces. Venía cerquita de TURMERO a una parranda y justo cuando pasaba por un claro, pudo escuchar una bonita melodía, la voz que la interpretaba debía ser la de una hermosa mujer. De inmediato detuvo la bestia y miro alrededor, de repente dice haber escuchado una voz trémula, que le decía Dimas acércate. Cuenta que no sintió miedo, si no más bien curiosidad por ver a la dueña de aquella aterciopelada voz, señorita le dijo, como sabe usted mi nombre? La voz le respondió me lo dijo un pajarito. Dimas se ponía algo nervioso cuando contaba la Historia, pero contaba que de inmediato se alebresto por los tragos que traía encima y le dijo mire señorita por lo menos dígame cual es su nombre? Cuenta que la voz que le contesto ya no era ni dulce ni bonita, y pudo escuchar claramente cuando  un grito aterrador le dijo: yo soy la muerte Dimas y está noche te vienes conmigo a los infiernos. Su caballo de inmediato soltó un alarido de miedo y corrió desbocado hasta alejarse del camino y llegar a una quebradita, que por suerte estaba seca. Contaba que luego de ese susto jamás volvió a transitar el viejo camino, aunque algunos presentes dicen que ese mismo trecho está en lo que ahora se conoce como la carretera vieja que lleva hasta la encrucijada.



 
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