En semana Santa es cuando más se deja ver por el camino que lleva a la represa. Es totalmente negro de largas crines y trota como si paseara por sus viejos Correderos. Unos le llaman el retinto otros azabache, pero los llaneros ya no lo persiguen como antes que hasta lazos le zumbaban. Carmelo lo ve cada vez que sale de cacería o a cachicamia y tranquilo comenta que el animal se le ha acercado tanto que casi lo ha podido tocar , hasta polvo levanta comento Dominguito que vive cruzando por esos potreros con su viejo tractor y cuenta que no le teme, pero se le paran los pelos de punta. María Jesús dice que la asusta no tanto el espectro de la bestia, si no lo que inventan sobre el. Que es el demonio que anda buscando jinete que lo cabalgue por la sabana guariqueña, pura superchería dicen los pocos que no lo han visto en el camino real. Todos los que hemos caminado por aquí de noche tarde lo hemos aguaitado y es asombroso no creerlo cuando tus ojos y sentidos te muestran que ahí está. Cuentos de camino o superchería eso dicen los citadinos, cuya inteligencia jamás los dejará creer en los espantos de la llanura. Los ignorantes si podemos distinguirlos en noches sin luna cuando nuestros sentidos se abren para aceptar lo que llaman el realismo mágico que nos inspira a escribir sobre temas que otros prefieren no tocar por el riesgo de ser llamados locos, fantasiosos o embusteros. Por suerte mi cuero es como del lomo negro viejo Caimán guariqueño, al que las balas le rebotan.


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