Cuentos de Velorio #12

Era el turno de Tiburcio Malaespina, llanero veterano del Socorro, bueno parientes este cuento es verdadero y lo dejo a su consideración. una tarde venía yo desde valle de la Pascua en bestia y la verdad venía medio humo...risas...venía de casa de Catalina una mujercita mía de un campito que mientan el suspiro. gua ella insistió pa'que no me viniera, pero como soy muy porfiado gua me vine...risas..el camino estaba solito ni un alma se miraba y pa'colmo eran vísperas de jueves SANTO, de repente en una curvita se me aparece una mujer era alta y blanquita, con unos trapos blancos, yo me paré a ver que hacía ahí solita, la saludé con mucha cortesía y la mujer no contestaba, será muda me dije yo pa'mis adentros, a lo que me respondió: mudo es el camino viejo insolente, Caramba y como sabe usted lo que yo pienso acaso usted es bruja? Así "es Tiburcio" cuando dijo mi nombre yo me paralice camarita , trataba de espuela la bestia y no podía, la mujer pegó una carcajada tan fuerte que ahí si pudo arranca el caballito a correr por todo ese camino. Bendito sea el señor, las tres divinas personas, San Miguel no me desampares en este trance. El corazón casi se me sale por la boca primo hermano; llegando a una quebrá' por donde llaman palo seco tuve que pararme un rato pues traía reventado al animal, ya había caído la noche y no cargaba ni un fosforo pa'prendé' una velita que traía en un bolsillo pa'Santa Rosalía. bueno me vine desconfiado pero en el camino le di alcance al pariente Cipriano el cochinero que traía unos marranos encaramados en su carreta y le conté lo sucedido. Este me dijo haber visto a la flacuchenta en el mismo sitio, pero como traía la jedentina de los puercos la muerta ni le paró. Gracias al patrón pude llega con bien al rancho y del tiro se me pasó la borrachera. Risas y aplausos aprueban la jocosa historia.

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