Aun lo recuerdo clarito, cuando pasaba con mis padres y hermanos en la vieja toyota. Era una parada obligada visitar aquel par de ancianos: Doña Socorro y don Encarnación. Apenas nos parábamos corríamos a beber agua fresca de la tinaja, y luego de entrar primero la doñita nos echaba la bendición y nos abrazaba y luego aparecía el doncito con las alpargatas como chancletas. y traía en sus temblorosa manos aquel viejo plato de peltre lleno de ricos pan de horno. yo escogía las empanaditas y mis hermanos los redondos, luego corríamos alrededor de la casa y siempre veíamos con recelo las tres cruces que eran los hijos fallecidos y enterrados en el patio. luego mamá les entregaba los encargos del pueblo: velas de cebo, café, azúcar, la bolsa de pan y otras cosas que ellos recibían muy contentos. aun recuerdo al viejo loro sobre la estaca llamando con gritos a tigre el perro que yacía echado a un costado muy viejo y cansado como todo lo de aquella casa. luego por lo menos una hora mientras se colaba el café y mis viejos se ponían a conversar de las noticias y se ponían al día, luego nos despedíamos y la doñita nos entregaba una vieja lata de leche llena de huevos de Guinea o de gallina y una auyama. cuando arrancaba la camioneta y volteaba estaban ellos agitando sus manos y nosotros hacíamos lo mismo. Crecimos y cada quien tomo su rumbo, yo partí hacía la capital cansado de la vida del campo. pero hace poco regrese y pase por la casa del camino y tuve que parar, tenía que contarle y mostrarle a mi esposa e hijo aquel lugar; el tiempo fue inclemente apenas si se sostenía la vieja construcción y no me atreví ir al patio de seguro ahí estarían las cinco cruces en silencio y como testigos de la familia que ahí nació para luego fallecer. mire la estaca que aún permanecía ahí estoica y me imaginé a tigre el viejo perro que de seguro acompañó a Doña Socorro y a don Encarnación hasta sus últimos suspiros. luego salimos y no pude evitar llorar en silencio. me imaginé a mis viejos y aquel matrimonio en sus tertulias sobre el viejo llano por allá en algún lugar en el cielo. al mirar por el retrovisor me despedí y ella se quedo muda y sola esperando su final


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