El año pasado por estos días, tuvimos que salir en búsqueda de un vecino que se había extraviado en la sabana. Así como lo escuchan, resulta que Fabián Cabeza hijo del primo Anacleto se le ocurrió romper una de las tradiciones que tenemos la gente de estos lados. Consiste en soltar las bestias desde el mismo lunes que inicia la semana mayor, y de no ser necesario utilizarlas hasta el lunes luego de la quema de Judas. Resulta que el muchacho que desde pequeño siempre fue malcriado, se le antojó irse pal Chaparro dizque a comprar unos cocos para echarlos justamente el jueves santo. Gua' chico cuenta el mismo, que cuando pasó el río en su caballito, comenzó a escucha' que lo siseaban y eso era cada vez más y más cerquita .El miraba a todos lados y sentía que lo estaban acorralando, aunque no miraba gente dice que sintió uno en la grupa del animal. Esa presencia comenzó a respirarle en el pescuezo y el de inmediato jaló las riendas parando la bestia en dos patas, luego dándole galope atravesó media sabana. Sintió que había recorrido largo trecho, de repente comenzó a mirar bien a los alrededores y se dio cuenta que estaba en el mismo sitio. Aun sentía uno que traía pegado a la espalda y fue cuando luego de un buen rato de correr y correr por toda la calceta decidió ponerse a orar, pedir perdón a Dios por andar este día Santo cabalgando en medio de la nada. Entonces en medio de los nervios y el susto que sentía, decidió lanzar unos tiros al aire. Anacleto ya preocupado en la casa por la desobediencia del Bordón y escuchando aquellos plomazos, decidió pedirnos ayuda y junto al viejo Escolástico nos fuimos a pie siguiendo el rumbo de los disparos. Luego de una hora, encontramos a Fabián dando carreras con el caballito aterrillado y el presa de los nervios. Al acercarnos el viejo cola comenzó con sus oraciones y letanías, reprendiendo al mal espíritu que estaba sobre la bestia volviendo loco al desobediente muchacho. Luego el Taita lo bajo del caballo, yo le quité los aperos soltando al asustado anima , ya en la casa la mamá le regó agua bendita y entre todos le rezamos un rato hasta que se le paso la angustia que traía. Son días de estar quietos, pero aún hay gente que no entienden y terminan llevándose su buen susto.


1 comentarios:
La Semana Santa hay que respetarla
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