Pueblo del Estado Cojedes, donde aún hoy día sus pobladores aseguran sigue apareciendo por sus solitarias calles, el espíritu de una niña que corre y sale de los maramales, a jugar y a tratar de llevarse con ella a otros niños. Dicen que cuando los gallos menudean la niña sale huyendo con rumbo desconocido, anteriormente las madrinas de yeguas que abundaban esas tierras, relinchaban sin parar cuando sentían el espíritu. Socorrito una anciana de MACAPO, cuenta que la niña se llevo a pedrito su único hijo y asegura que Eufemio el bodeguero, se salvó porque pudo salir corriendo hacía su casa. Las mujeres rebullen con sus rezos y letanías, además colocan ramas de olivo en sus puertas y ventanas, para que la jovencita no se acerque. Los hombres en el botiquín se burlan del tal ESPANTO, pero hay quien asegura como Doña Conchita que si es verdad y asegura que eso ha sido así desde siempre. Superstición o realismo mágico, lo del encanto con forma de niña no lo sabemos, pero es sin duda una historia más de las que se cuentan en nuestros pueblos, campos y caseríos de nuestra geografía.

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