Ah caramba camaritas...sorprendido yo quedé...cuando cerca del camino...una anciana yo mire...con un poco e leños secos...en su espalda como cree...de inmediato dando rienda...yo a la Doña me acerqué...le quite el pesado bulto...que a su rancho le lleve...preguntando por sus hijos ...de inmediato yo inicié...una conversa respetuosa...yo sin ganas de ofende...acostados están toditos...esperando el café...esa respuesta tan triste...en mi pecho la aloje...despidiéndome de ella...centenaria imagine...pues las canas las arrugas...en mi vida contaré...yo no se como llamar...a la mujer que mire...VERGATARIA sólo eso...en el llano se le ve...esos hijos sinvergüenzas...me recuerdan está vez...la parábola del tiempo...que no suele detener...de la brisa sabanera...tarde noche amanecer...nunca dice donde va...siempre llega sin saber...honremos nuestra madre...respetemos la mujer...seamos hombres de verdad...no criaturas que al crecer...despreciemos el cariño...de quien regalo nuestro ser...eso si pero nunca pueden ver...una escoba con dos trapos...que los logra enloquecer...con sus curvas y mentiras...que tierrita harán comer...Ah Malaya la serpiente...como logran atraer...con sus versos y sus prosas...destinada a convencer...ojo e garza compañero...a la hora de elegir...una novia o una esposa...y la vida compartir...que te quiera y te respete...la familia y tu doñita ...pa que juntos la veneren...a tu madre tu viejita.
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