Lo Fulmino un Rayo

 EL compadre Jesús María Guanipa cayó anoche fulminado por un rayo, cuenta la comadre María que no sufrió, pues murió rápido y con un hueco en el pecho. Esa tarde había estado arreglando el techo de zinc con petróleo, para tratar de tapar las tantas goteras que casi inundan la humilde vivienda. Cargaba sobre su pecho el crucifijo de plata, que según el lo protegía de los peligros de la sabana tales como: la culebra, el tigre, el cuatrero. Resulta que esa tardecita la lluvia había estado más fuerte que nunca, los rayos y Centellas caían despiadadamente en la llanura estremecida. La comadre cuenta desconsolada, que de tanto grito y regaños había logrado que su esposo bajará del techo. Cuando estaba por entrar a beberse el café recién colado que ella estaba apuntó de dárselo, una luz inmensa acompañada de un estruendoso ruido aclaró todo el patio, como si fuera pleno medio día y vio al compadre salir disparado y caer en un charco de agua, dice que corrió para auxiliarlo y como pudo lo saco del agua, quedando horrorizada al ver el inmenso hoyo en medio de su pecho. Grito desesperada y sus hijas salieron ayudarla pero no había nada que hacer, el crucifijo atrajo el rayo y lo demás era historia. EL invierno ha sido tanto este año, que los caminos están inundados e intransitables y las tormentas eléctricas abundan en medio de la llanura. EL velorio y el entierro fueron bajo el aguacero, todos con el barro hasta las rodillas fuimos al cementerio aquí en el campo. Los novenarios también se hicieron en el corredor y con las goteras sobre los asistentes, la lluvia no ha dejado de caer en por lo menos 12 días seguidos sin dar tregua al dolor de la familia y los amigos. EL LLANO inundado te hace repensar, si en realidad vale la pena vivirlo tan rudimentariamente. Se murió el compadre Y las lágrimas se confundieron con la lluvia, el dolor se transformó en barro y la llanura una vez más nos pone a prueba.

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