El Cunaguaro los convenció para que los acompañarán a robar becerros sin marcas; los ARAGUATOS decidieron que si esos animales no tenían hierro ajeno entonces serian de ellos. Así iniciaron su camino de delinquir apropiándose de todos los becerritos de sus vecinos y un poco más allá del Socorro, el jefe civil del pueblo recibió muchas denuncias por abigeato e incluso acusando con nombre y apellido a los cuatreros; pero cuando fue en comisión, a visitar el fundo de los trillizos encontró a cada animal marcado con el hierro de los CASADIEGO y allí no había delito; ni tampoco como demostrar que el encargado Jesús María mentía al decir que las vacas del fundo parían de dos y hasta de tres terneros por cada parto. El astuto encargado alegaba que así como nacieron los trillizos en esa tierra bendita de igual manera pasaba con los animales del lugar. Ya se había corrido la voz en todo el Guárico de los desmanes del Cunaguaro y de los Araguatos, las autoridades militares decidieron resolver el grave problema y les montaron vigilancia y hasta alcabalas móviles en la zona por donde solían perderse los animales. En cierta ocasión venían con más de 50 becerros orejanos, los militares le dieron la voz de alto y estos respondieron con plomo, produciéndose un intercambio de disparos que dieron de baja a 3 cuatreros quienes no tenían ninguna identificación, de inmediato corrió como el viento la noticia " Mataron a los ARAGUATOS " y todo el Socorro lo celebró. Al siguiente día los trillizos se pasearon sonrientes por el Pueblo y todos lucían confundidos, pues a quienes mato el Ejercito ? Eran hombres del Cunaguaro que ya sabía de la trampa y mando al matadero a tres delincuentes que contrato de Tucupido un pueblo cercano. Decidieron aquietarse un tiempo y pensaron que debían deshacerse de un buen número de animales, rápidamente los ofrecieron en Valle de la Pascua y Zaraza a donde fueron a parar de manera legal, obteniendo muy buenas ganancias que dividieron entre los cuatro. La ambición de los hermanos crecía y pronto pensaron que era tiempo de deshacerse del Cunaguaro; pero este no se iría con las manos vacías luego de haberles proporcionado tanta ganancia a sus patrones.
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