Esa mañana en los tranqueros del corral, los trillizos decidieron irse a ver unos toros padrotes a Maracay en el Estado Aragua. Se lo comunicaron a Jesús María " El Cunaguaro " y partieron ese otro día al amanecer en la camioneta wagoneer que fue propiedad de su padre, en el camino; Roberto quien conducía, les hablo a sus hermanos de dejar ese mal camino que habían tomado desde la llegada del Cunaguaro a sus vidas Regulo y ROMUALDO lo escucharon atentamente aunque cruzándose miradas no aprobaban lo propuesto por el hermano. Al llegar a su destino se alojaron en un hotel de la Encrucijada y esperarían para visitar varios criaderos de la zona en busca de buenos Sementales . En el fundo el Sapo; su encargado hacía planes para esa misma tarde partir del lugar, llevándose con el un buen lote de ganado y una réplica del hierro CASADIEGO para respaldar la venta que había pactado cerca de Valle de la Pascua. En el Sapo sólo quedaría don Cipriano Pernía; un viejo ordeñador, fiel a los muchachos que vio un movimiento extraño con el ganado que se llevaron en varios camiones y que al preguntarle al encargado no recibió respuesta alguna. Mientras los trillizos seleccionaban padrotes, el Cunaguaro les vendió más de 200 reses para la pesa y se embolsillaba la plata para regresarse a su predio, recoger sus cachachas para emprender la huida definitiva del Socorro. LOS ARAGUATOS estaban intranquilos; pues un mal presentimiento se les vino a los tres a la cabeza, era sin duda el gran robo que les había hecho su capataz. Pero la vida cobra las malas acciones a quien las comete y esa noche antes de huir; el Cunaguaro confiado, se fue a beber unos traguitos al único botiquín del lugar y en un juego de cartas hizo trampas y se prendió una discusión donde resultó muerto de un disparo por Eutimio Linares jefe civil del pueblo. Al llegar Los Araguatos al otro día de regreso a su fundo, don Cipriano los pondría en aviso de la venta del ganado por parte del Cunaguaro; de inmediato fueron a denunciar el robo a la Jefatura Civil y el mismo Eutimio Linares los pondría en cuenta de la muerte de su Capataz y les entregaría una gran paca de billetes de 500 Bolívares recuperada del porsiacaso del bandido del Cunaguaro.
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