Cuenta la leyenda que hace muchos años atrás, había un pueblo lejano en lo profundo del bosque. Este pueblo formaba parte de un reino que era acechando por brujas, crueles moros y grandes y despiadadas fieras. En una pequeña casa de madera vivía un buen hombre que hacía poco tiempo había perdido a su amada esposa, de cuya Unión habían nacido dos niños cuyos nombres eran Abril y Gabriel. Siendo la niña mayor por un año, ellos ayudaban al padre en las labores cotidianas en aquel amoroso hogar. Cerca de ahí vivía una hermosa y gruñona mujer, que con los días los visitaba y terminaría casándose con el padre viudo comprometiéndose a querer como suyos a los dos hermanos. Los primeros meses y años fueron no tan malos, pero luego la mujer tendría su propio hijo y cambio por completo, dándole todo su amor y atenciones a este, mientras trataba mal a sus hijastros negándoles hasta los alimentos. El padre trabajaba duro en el pueblo y se lo pasaba todo el día fuera de casa regresando tarde en la noche. En cierta ocasión la mujer los envió solos al bosque para que se extraviaran, pero Abril se llevo una taparita llena de cenizas y disimuladamente fue marcando el camino. Esa tarde regresaron a salvó, luego otro día los envió de nuevo a lo profundo del bosque y abril llevo granos de maíz, pero como eran pocos se les acabaron en medio del bosque y se extraviaron. Encontraron una cabaña y una anciana mujer les dio comida, dulces y les ofreció una hermosa habitación donde se quedarían presos por unos días. Era una bruja que pretendía engordarlos y luego devorarlos, así pasaron los días y Gabriel cuando ella les pedía que sacarán un dedo por la rendija de la puerta, este le mostraba la cola de un ratón. Están muy flacos aún, refunfuñaba la malvada anciana. Pero con el tiempo la cola del ratón la extraviaron, ellos al mostrarle sus dedos noto que estaban gorditos de tantos dulces que les daba. Entonces los envió al bosque por leña para una gran cena esa noche. Al salir a buscar la leña, se les apareció una hermosa hada y les contó que esta sólo quería comérselos. dijo que esa noche frente a la gran olla mientras ella danzara alegre, ellos tendrían que cantar está canción ¡Onza Tigre y León del fuego vivo me salvé yo ! Así lo hicieron y de inmediato aparecieron tres perros negros, que lanzaron al fuego a la bruja y se convirtieron en sus guardianes y protectores. Luego los ayudaron a volver a casa con su angustiado y amoroso padre.
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Onza Tigre y León
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Sobre el blog...
Historias y algo mas es un anhelado proyecto cuya finalidad no es otra que dar a conocer nuestras costumbres, mitos y leyendas nacionales y por supuesto también publicar mis propias historias de espantos y aparecidos, así como temas que sea del interés de todos aquellos que deseen una lectura amena e interesante.

 
2 comentarios:
Que bello cuento del folklore Latinoamérica
Que amorosos padres?
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