Mejor conocido como el viejo padrote de la plancheta, se le atribuyen más de 60 hijos procreados con distintas madres. Esa tarde lo fue a visitar en su predio,  más adelante de los Mahomos En caminos de San Vicente. Me recibió Maigualida una de sus bisnietas,  la cual le hace compañía junto a su marido y sus niños, me advirtió que a veces se le van los tiempos y confunde a las personas y los llama con otros nombres. Me senté en una silleta bajo la sombra de una gran Ceiba y al rato lo vi venir, apoyándose en un viejo bastón de madera oscura. Saludos don POLICARPIO le dije y el me tendió la mano sentándose, luego sin yo preguntarle comenzó hablarme del llano viejo y de su señora Eufrasia la cual murió hace ya muchos años atrás. Le pregunte si recordaba la fecha de su nacimiento y sonriendo me respondió: que había nacido un 2 de febrero de 1910 día de la Candelaria por aquí cerquita donde llaman Jiralito. Luego grito Eufrasia tráele café al doctor , le pregunte si recordaba la cantidad de hijos engendrados por el.
Callo un rato y me dijo fueron 20 varones y 40 niñas doctor, dígame POLICARPIO usted recuerda los nombres de sus 60 muchachos? De manera sorprendente comenzó a nombrarlos, por supuesto se confundió unas veces, también repitió muchas veces los mismos nombres, luego nos interrumpió la bisnieta trayéndonos un humeante tinto. Luego al rato lo escuche tarareando una canción: Caminitos de tierra seca...que llevan rumbo a zaraza...recuérdale a mi catira...que aquí la espero en su casa.. pa que me quiera un poquito... mezcle la yuca y melaza...pa dale a la vaca mocha...que tiene la leche escasa. Lo aplaudí y contento recitó otros versos de amor y de trabajo en el llano. Luego me cambio el nombre llamándome Pancho, se carcajeaba y me preguntaba por gente para mi desconocida. Luego le pregunte como se sentía actualmente? Respondió que muy bien y que pronto tumbaría una Rosa y la sembraría de algodón, después mirando la sabana vi dos lágrimas correr por su rostro, un silencio se apoderó de el y entendí que vagaba sobre su laberinto y luego comenzó a temblar y tuve que llamar a Maigualida. Ella lo llevo adentro de la casita,  yo me despedí apesadumbrado. Luego de regreso me pregunte , en que momento nuestro cerebro comienza a olvidarse del cuerpo, vale la pena vivir así?
 
 

 
2 comentarios:
Ufff que linda historia
Eso es verdad cuando las personas llegamos a una edad avanzada confunden las personas y las fechas
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