En el fundo, Martín aprovechaba la entrada de aguas, para terminar de sembrar las semillas de maíz y de paja. Ese sábado iría al pueblo para pedir oficialmente la mano de Luisana, su noviecita. Estaba muy feliz y toda su familia y amigos lo apoyaban en el paso próximo a dar. Cuando llegó al pueblo y detuvo su camioneta, para comprar presentes a su prometida y a su futura suegra, observó una pareja de manos que cruzaban la esquina, la joven le pareció muy familiar. Sin embargo compro los regalitos y partió rumbo a casa de Luisana, al llegar tocó la puerta y ella en persona le abrió. Pero lo empujó delicadamente hacía afuera, cerrando la puerta y quedando ambos en la acera, el le pregunto que sucedía y ella sólo le dijo: se MOJARON mis ganas contigo. Martín de repente comprendió, que era ella la chica que había visto de manos con otro, por su mente cruzó la idea de reprocharle la vil traición. Se contuvo y dando media vuelta, subió a su carro con rumbo al fundo, en el camino la rabia y el despecho lo ahogaban y sin poderse contener los versos salieron. SE TE MOJARON LAS GANAS...me dices muy fríamente...ya no te importa mi amor...ni lo que diga la gente...yo soy llanero genuino...de raza noble pariente...prefiero ceder a tiempo...y así evitar incidentes...amor fingido no quiero...Te vi con otro sonriente...mejor cortar por lo sano...sigo soltero y pendiente...de un buen amor...que me llegue...lo quiero fiel y decente...me gusta sentarme a la mesa...comer mi comida caliente.

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