Viejas Rancherías

 Según don Escolástico, cuando estaba muchacho junto a su padre el finado Anselmo se dedicaban a construir RANCHERIAS. Cuenta que lo primero era limpiar el terreno y abrir unos hoyos profundos y allí depositar buenas bases de madera, luego traían muchas varas de caña y armaban el esqueleto bien sujeto con alambre o tiras de bejuco bien fuertes. Luego de la propia arcilla del patio iban de apoco, rellenando los tramos con mucha paciencia y constancia, para luego llegar al techo que tejían con las varas de guagua y cubrían con mucha Palma y el que podía les colocaba encima algunas láminas de zinc. Luego venía el embostar toda la casa, por dentro y por fuera y terminaban cubriendo todas las paredes con cal. De esta manera espantaban la plaga, las culebras y hasta los malos espíritus. Mire pariente esas construcciones luego soportaban inviernos bien fuertes y veranos candentes. Jamás ni una sola casa llegó a caerse nunca, incluso aún hoy día quedan algunas en pie. Las llamaban RANCHERIAS y lucían muy bonitas y seguras, allí no entraba nada ni nadie, si el dueño no lo permitía primo. Cosa sabrosa escucha un aguacero caer y usted adentro con un tintico bien humeante o acostadito en su chinchorrito oh no?

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